Desde el año 1777 la Real Academia Española promovió la convocatoria de certámenes públicos de poesía y oratoria con el objeto de premiar la obra más destacada de cada especialidad concediendo también un accésit a la que más se aproximara. Su propósito era velar por el buen estilo y por la composición de obras meritorias que sirvieran para desterrar el mal gusto que, a su entender, se había instaurado en la literatura española.
Con la idea de acabar con el empobrecimiento advertido por la Institución en la lengua española, el 16 de octubre de 1781 propuso como asunto poético la realización de una sátira literaria en tercetos contra los defectos introducidos en la lírica por los malos poetas. Resultaron premiados Juan Pablo Forner y Segarra por su Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana y Leandro Fernández de Moratín, que había concurrido bajo el seudónimo de Melitón Fernández, obtuvo el accésit con la sátira titulada Lección poética. Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana.
Tanto Forner como Moratín reprocharon al Barroco el afán por alejarse de la preceptiva clásica, sus excesos lingüísticos y su oscuro lenguaje. Pero la Lección moratiniana se dirigió a los poetas de su generación, pues más allá de emplear un lenguaje bárbaro y extravagante, a su modo de ver, carecían de referentes poéticos.
Moratín se inspira en Horacio y en Boileau, y así escribe una sátira en la que emplea el recurso epistolar de aparentar escribir en respuesta a su correspondiente Fabio. Reconoce la deuda contraída con Boileau y lamenta que no exista en España un poema similar a L'Art poétique, al que su Lección poética desea aproximarse.
El poema se divide en tres partes más una introducción. La primera se dedica a la poesía lírica (tercetos 11-85), la segunda a la épica (tercetos 86-140) y la tercera a la poesía dramática (tercetos 141-198). Concluye con tres tercetos y un cuarteto final.
En sus versos, no carentes de la ironía propia de la sátira literaria, Moratín expresa su admiración por Garcilaso y fray Luis de León, al tiempo que reprueba y parodia el estilo afectado del siglo anterior. En este sentido, es una relación poética de las diferencias entre la estética barroca y el pensamiento poético neoclásico a través de la cual intenta inculcar a su contemporáneos los principios del arte poético que deben guiarles en la composición de los tres géneros señalados.