Esta Real Provisión del Consejo de Castilla, firmada por Carlos III, es una respuesta al envío por parte de Floridablanca del ejemplar del Breve expedido por el Papa Pío VI el 13 de junio de 1781 condenando y mandando quemar el libelo titulado Memoria Católica da presentarsi à sua Santitá que había aparecido el año anterior. A pesar de la reprobación del libro, se determinó que se realizaran otras censuras encargadas a teólogos «que sabíamos no estaban afectos a ningún partido, y que solo tenían por norte la gloria de Dios y la utilidad de los fieles» (h. 2v.). El libro recibió un dictamen unánime solicitando que la obra se quemara públicamente.
Se especifica que el texto contiene proposiciones ofensivas e inductoras al cisma por lo que, so pena de excomunión, se prohíbe la divulgación, lectura y retención de la obra. La razón de la condena se expresa en estos términos: «por contener proposiciones ofensivas a la piedad de los católicos, escandalosas, temerarias, erróneas e inductivas de cismas» (h. 2r.).
Los propietarios de algún ejemplar deben entregarlo a los ordinarios locales o a los inquisidores para que los quemen. El cardenal Conti da fe de que en la plaza del Campo de Flora y en los demás sitios acostumbrados de Roma la obra fue arrojada al fuego.
El texto se presenta a dos columnas: a la izquierda el original en latín publicado en Roma y a la derecha la traducción realizada y certificada por Felipe Samaniego, traductor general de lenguas.
Esta obra de carácter projesuítico constituye la primera parte de la titulada Seconda Memoria Cattolica contenente il trionfo della Fede e Chiesa, de' Monarchi e Monarchie, e della Compagnia di Gesu' e su Apologie, que también fue objeto de una Real Provisión firmada en 1789 por Carlos IV.