Primera edición en lengua inglesa de la Vida de Miguel de Cervantes, de Gregorio Mayans y Siscar.
En 1736 Benjamin Keene, embajador de Gran Bretaña, le encomendó al erudito español Gregorio Mayans y Siscar redactar una biografía de Miguel de Cervantes que encabezase la costosa edición del Quijote promovida por Lord Carteret y publicada por J. y R. Tonson en 1737. Mayans, que por aquel entonces ostentaba el cargo de Bibliotecario Real, no contaba con documentos sobre los que asentar sus pesquisas, por lo que sus indagaciones sobre la vida del alcalaíno nacen de la lectura de su dilatado corpus literario.
Sin embargo, más que por sus investigaciones en torno a la biografía cervantina, el texto de Mayans es especialmente relevante por ofrecer el primer juicio razonado y sistematizado sobre la obra del alcalaíno. Como se sabe, la Vida de Cervantes estableció los parámetros teórico-literarios en función de los cuales un examen del Quijote se constituía como tal. En efecto, Mayans delineó una suerte de discurso crítico oficial sobre el Quijote, que más tarde consolidarían De los Ríos, Pellicer y Quintana en los estudios preliminares a las ediciones quijotescas más importantes de la centuria. Aunque estos textos matizan y amplían las observaciones de Mayans, lo harán dentro del marco teórico configurado por su antecesor. Este marco teórico, inmutable durante todo el siglo XVIII, puede reducirse a tres principios básicos.
En primer lugar, en lo que respecta a la cuestión genológica, el Quijote era concebido como una fábula heroica en prosa a imitación de la Ilíada. De hecho, a partir de la publicación de la biografía de Mayans, la comparación entre Homero y Cervantes se convertirá en un lugar común de la crítica cervantina del siglo XVIII.
En segundo lugar, en el plano de la ficción y la dicción, la lectura de Mayans supone un esfuerzo por acomodar el Quijote a las exigencias de la preceptiva neoclásica, lo que le llevará juzgar la novela como el fruto del equilibrio entre el ingenium del alacalaíno y la correcta aplicación del ars.
Por último, en lo que respecta a la finalidad de la novela, a partir de la Vida de Cervantes el Quijote será vindicado, sobre todo, como una sátira dirigida contra los libros de caballerías. Sátira literaria, en efecto, pero también moral, pues, para la exégesis dieciochesca, Cervantes no solo se propuso censurar los fingidos desvaríos de los ciclos caballerescos, sino que, al mismo tiempo, pretendía reprehender a los lectores de tales libros, de quienes se temía confundiesen la ficción literaria con la verdad histórica.