Biblioteca de la Lectura en la Ilustración
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Identificación

Colección de poesías castellanas en verso toscano e ilustradas por el Conde D. Juan Bautista Conti, Primera Parte, Tomo IV

Juan Bautista Conti
1790

Resumen

En este último volumen Conti incluye varios textos poéticos pertenecientes a autores de la segunda mitad del siglo XVI, destacando las composiciones de los hermanos Argensola, Lupercio Leonardo (1559-1613) y Bartolomé Leonardo (1562-1631). Como anota en el Prólogo, «prosiguiendo, pues, la empresa comenzada […] presento al público diversas poesías de los dos muy esclarecidos hermanos Lupercio y Bartolomé de Argensola, y de algunos otros de aquellos tiempos que forman el tomo presente». Los textos antológicos de ambos poeta aragoneses cierran la antología contiana ya que la publicación de los dos siguientes volúmenes no vieron la luz(a). Estaban dedicados, entre otros, a la poesía de Lope de Vega, Cervantes, Gil Polo, Espinel y Argote de Molina, cuyos textos en versión bilingüe se han conservado manuscritos en el fondo familiar del véneto(b).

De Lupercio incluye diez sonetos, dos canciones —Aquellos dos cristales transparentes.../ En estas santas ceremonias pías...— y una sátira (pp. 54-111); de su hermano Bartolomé escoge en total seis composiciones: dos sonetos —Dime padre común, pues eres justo... y Más embravezco al mar, más inquietos...—, y cuatro tercetos —una elegía, dos sátiras y una  epístola—, a los que debe añadirse un perspicaz comentario de Conti sobre la epístola del autor aragonés dedicada a Juvenal y Horacio que comienza: «Don Juan, se me ha puesto en el cerbelo...» (pp. 121-285 y 460-505, respectivamente). La obra lírica de mayor relevancia de Lupercio fueron las Rimas, publicadas póstumamante por su hijo, como recuerda Conti en la noticia biográfica que precede sus textos: «habiendo sido Lupercio verdadero conocedor del arte, desconfió siempre de sus propias fuerzas, y no solo no publicó sus composiciones poéticas, sino que las entregó a las llamas, como se colige de la respuesta de su hermano el Doctor Bartolomé a Don Fernando de Ávila» (p. xlix). 

El traductor italiano confirma, tanto en sus noticias biográficas como en las observaciones críticas que añade al final, su amplio conocimiento de la poesía castellana del periodo: al referirse a Lupercio, cuya resonancia horaciana en sus composiciones es bien conocida, opina que el poeta supo «hacer buena elección y enlace de las palabras; se abstuvo en sus rimas del uso frecuente de los gerundios, de ciertos adjetivos y otros vocablos que, repetidos en el consonante, producen las más veces bajeza y monotonía; varió las pausas de la versificación, de manera que generalmente no son sus versos ni precipitados ni pesados, sino graves y majestuosos», concluyendo que el autor aragonés, debido a sus prendas «ocupa Lupercio uno de los primeros lugares entre los poetas castellanos» (p. 53).


Sobre Bartolomé Leonardo, de quien recuerda que «habiendo sido hecho virrey de Nápoles, [el] Conde de Lemos, tomó por su Secretario de Estado y Guerra a Lupercio», enfatiza que fue «escritor excelente en lengua castellana, así en prosa como en verso» (p. 115). En su opinión, sus composiciones «merecen ser estudiadas con diligencia», destacando, sin embargo, que por su calidad artística y sensibilidad lírica, «brillan entre todas las demás la Elegía a la muerte del Conde de Gelves, Don Fernando de Castro, las Sátiras y las Epístolas» (p. 117).

Los textos seleccionados de los hermanos aragoneses se hallan precedidos por un breve compendio biográfico dedicado a ambos (pp. 44-53 y 113-120, respectivamente), en las que el compilador introduce al lector a sus respectivos itinerarios biográficos y artísticos. Al igual que en el resto de los volúmenes precedentes, concluye la selección de los textos con  provechosos comentarios de carácter crítico-literario, bajo el epígrafe «Reflexiones», en los que el traductor italiano traza un esbozo de historia crítica de la lírica castellana del siglo XVI, corroborando al mismo tiempo el amplio conocimiento que el italiano poseía de los textos y autores escogidos.

Precediendo a la antología de los dos autores, se incluye un breve ensayo, que actúa como pórtico, «de los mejores poetas castellanos que nacieron antes de los Argensolas» (p. 1). A modo de ejemplo de los mismos, incluye un soneto del linarense Pedro Padilla (1540-1599), dos del poeta y dramaturgo sevillano Juan de la Cueva (1543-1612), y dos sonetos, una égogla y una elegía del alcalaíno Francisco de Figueroa (c.1530-c.1588) (pp. 1-43).

Al igual que sucedió en los otros volúmenes, este también contó con el apoyo oficial de la monarquía, en este caso ya reinando Carlos IV: «Sale a la luz  este cuarto tomo bajo los auspicios de Cartos IV, Soberano dotado de todas las prendas excelentes del ánimo y del corazón», p. xxi), acogiéndose también a la protección del ministro de Floridablanca: «En tal empresa ciertamente no fácil, y que requiere fino artificio y estudio continuado por espacio de varios años, dan mucho aliento a las débiles fuerzas de mi espíritu la aprobación del Señor Conde de Floridablanca, no menos ilustre por su literatura que por su ministerio», p. xxiii). Precediendo el Prólogo (pp. xx-xxvii), Conti optó por incluir un soneto de su autoría en italiano, con traducción libre española del poeta y eclesiástico extremeño Francisco Gregorio de Salas (1729- 1807) y otro poema en latín de su amigo Casimiro Ortega Gómez.

  • Se desconocen las razones por las que la Colección contiana quedó inconclusa. Puede suponerse que un cúmulo de situaciones, como su regreso definitivo a Italia y la caída del conde de Floridablanca, ocasionaron la pérdida de apoyo oficial.
  • Véase a este respecto V. Cian, quien reproduce el índice manuscrito que debía haber formado el quinto volumen, dedicado casi totalmente a Lope de Vega (unas cuarenta composiciones entre sonetos, égoglas, epístolas e idilios), dos poemas de Lupercio de Argensola y una epístola de Baltasar de Medinilla dirigida a Lope. Las versiones manuscritas de poemas de Cervantes, Gil Polo, Espinel, Gutierre de Cetina y Jáuregui, entre otros, formaban el proyectado sexto volumen, Italia e Spagna nel secolo XVIII. Giambattista Conti e alcune relazioni letterarie fra l’Italia e la Spagna nella seconda metà del Settecento, Torino: Libreria Lattes, 1896, pp. 257-261. Algunas de estas versiones italianas de los poemas fueron parcialmente recuperadas años más tarde, entre ellos algunas composiciones de Lope, Cervantes, Gil Polo y Gutiérrez Cetina, al ser incluidas, aunque en este caso solo en su versión italiana, en el segundo tomo de su Scelta di poesie castigliane del secolo XVI (Padova:Tipografía del Seminario, 1819, 2 vols), que vio la luz solo un año antes de su muerte (V. Cian, Italia e Spagna nel secolo XVIII, pp. 311-343).

Descripción bibliográfica

Conti, Juan Bautista, Colección de poesías castellanas traducidas en verso toscano, é ilustradas por el Conde D. Juan Bautista Conti. Primera parte. Tomo IV, Madrid: Imprenta Real, 1790.
1h., xxvii, 507 pp., 1 h.; 4º. Sign.: BNE U/5536.

Ejemplares

Biblioteca Nacional de España

PID bdh0000014008

Bibliografía

Consúltese Colección de poesías castellanas traducidas en verso toscano e ilustradas por el Conde D. Juan Bautista Conti, Primera parte, Tomo I.

Cita

Juan Bautista Conti (1790). Colección de poesías castellanas en verso toscano e ilustradas por el Conde D. Juan Bautista Conti, Primera Parte, Tomo IV, en Biblioteca de la Lectura en la Ilustración [<https://bibliotecalectura18.net/d/coleccion-de-poesias-castellanas-en-verso-toscano-e-ilustradas-por-el-conde-d-juan-bautista-conti-primera-parte-tomo-iv> Consulta: 12/12/2024].