Pedro Estala publica este folleto contra la reseña publicada en el Memorial literario de la edición de las Poesías de Francisco de Figueroa, llamado el Divino (Madrid: Imprenta Real, 1785), que constituye el tomo XX de la Colección de poetas castellanos que sufragara Ramón Fernández y planificó el propio Estala. Como editor del poeta áureo, Estala reaccionó contra los oprobios publicados en la «Carta crítica» en el Memorial literario, instructivo y curioso de la Corte de Madrid en marzo de 1786, que redactara el padre Centeno. Con un tono marcadamente irónico, Estala dice responder al criticastro por cuanto no realiza una crítica sino una sátira (p. 2).

A su modo de ver, el problema principal de quien reseña es la ignorancia. Al carecer de conocimientos, lo que sucede es que domina la arrogancia y de esta surge que se desprecie con fanatismo o con compasión. El origen se encuentra en la erudición superficial de la que debería huirse. Comienza por considerar absurdo que el apelativo que Figueroa recibió de los italianos al llamarle «divino» se interprete como una impiedad o sacrilegio. Acusa al «crítico narigudo» y «frío gramático» por su pueril erudición de infamar la memoria de un buen poeta y no de saber criticar. Asume que el volumen dedicado a Figueroa sin un prólogo crítico «en que se mostrase su carácter poético y se advirtiesen sus bellezas y defectos» constituye un error, al igual que reconoce que no se ha explicado el método que se sigue en el conjunto de la Colección (pp. 10-11).

Tras esto analiza e impugna los reparos hechos por el autor de la «Carta crítica» a quien reprocha que su fundamentación se reduce a cuestiones de gramática, entendiendo por tal la simpleza derivada de analizar tan solo a través de las figuras retóricas sin entender ni saber valorar las bellezas de su estilo.