El primer libro de este penúltimo volumen se halla enteramente consagrado al teatro francés de los siglos XVII y XVIII (capítulos I-VIII), erigido para Napoli Signorelli, como ferviente partidario del nuevo clasicismo, en modelo a imitar. En los primeros capítulos se examinan las tragedias en las que se destacan la autoría de Corneille y Racine en el siglo XVII y La Motte y Voltaire en el XVIII (cap. I-II y V). Se incluyen también numerosas páginas destinadas a comentar las tragedias ciudadanas y las comedias lacrimosas o larmoyante (Beaumarchais y Nivelle de la Chaussée, cap. VI).
Asimismo, examina el género cómico francés, antes y después de la decisiva irrupción de Molière en los escenarios (cap. III), sin olvidar la comedia tenera, género en el que el mismo napolitano se ejercitó con su pieza Faustina (cap. VII) (a). El último capítulo de este primer libro se dedica al teatro lírico en el XVIII, a la ópera heroica y la ópera cómica francesas, junto a algunas referencias sobre los edificios teatrales.
La segunda parte, correspondiente a los capítulos que vertebran el libro VIII, se refiere a los diversos teatros procedentes del área septentrional europea: el inglés (I), el alemán (II), el holandés, danés, sueco y polaco (III) y el ruso (IV), incluyéndose un último a dedicado a explorar el drama turco (V).
En estos capítulos debe valorarse el notable esfuerzo acometido por el autor napolitano. Más allá de algunos errores conceptuales, de abundar en la inserción de largos fragmentos de obras y carecer, como observa G. Pioli, «de un sistema crítico unitario, que oscila entre el método naturalista de Muratori y el de Tiraboschi, orientado hacia la fundamentación documental y la clasificación idealista por períodos», Napoli Signorelli aproximó el teatro europeo a sus lectores, ya sea los menos frecuentados o poco conocidos por los críticos y eruditos italianos, como los teatros español y portugués, o bien otros menos transitados del norte europeo como el danés, el sueco y el polaco, ampliando notablemente el conocimiento y el horizonte de recepción de la escena europea en el seno de la crítica italiana del Settecento.
- La Faustina (1778), que obtuvo la prima Corona en el concurso dramático realizado por la Reale Accademia Deputazione de Parma y gestada en sus años en Madrid, fue traducida al español «con bastante fidelidad», según el mismo Napoli Signorelli, unos años más tarde, en 1783, por Fermín del Rey, traductor y adaptador de Goldoni. Inscrita en el género de la comedia tenera, llegó a representarse en el madrileño Teatro del Príncipe en 1786. Permaneció en cartelera una semana, obteniendo un éxito de público nada desdeñable. Véase Ana Santoro, Tra gioco e ragione: L'eroismo tra nemici o sia La Faustina. Commedia inedita di P. Napoli Signorelli, Napoli: Sociedtà Editrice Napoletana, 1982, pp. 5-81.
- G. Pioli, “Historia crítica de los teatros antiguos y modernos; de P. Napoli Signorelli”, en Crítica de libros> https://www.criticadelibros.com/sin-clasificar/historia-critica-de-los-teatros-antiguos-y-modernos-pietro-napoli-signorelli/ , consultado el 03-01-2024.